El costo de oportunidad es un concepto económico que hace referencia al valor de la mejor alternativa no elegida cuando se toma una decisión.
Este principio permite medir lo que se deja de ganar al optar por una opción en lugar de otra.
Según definiciones utilizadas por analistas del sector financiero, evaluar el costo de oportunidad permite analizar si una acción económica genera mayor beneficio que la posibilidad descartada.
Una forma de evaluar la rentabilidad es mediante la comparación con otras opciones disponibles en el mercado.
Para que una actividad o inversión sea considerada rentable, debe generar un rendimiento superior al de su alternativa más competitiva, considerando factores como riesgo, liquidez y horizonte de tiempo.
El uso del costo de oportunidad permite estimar si el esfuerzo, capital o tiempo asignado a una actividad se justifica frente a lo que se podría haber obtenido en otro escenario posible.
Un ejemplo frecuente es la comparación entre el retorno de una actividad comercial o productiva y el rendimiento de un instrumento financiero como un Certificado de Depósito de Ahorro (CDA).
Si el interés anual de un CDA se encuentra en torno al 10 %, cualquier otra actividad con igual nivel de riesgo debería superar ese porcentaje para considerarse una opción más eficiente en términos económicos.
La rentabilidad real debe calcularse descontando todos los costos operativos asociados, para luego compararla con lo que se habría obtenido dejando el capital invertido en un instrumento de bajo riesgo.
El análisis puede incorporar variables como tiempo, recursos financieros, experiencia requerida, gastos asociados, y la probabilidad de obtener resultados esperados.
También se considera el riesgo asumido, ya que una alternativa segura pero con bajo rendimiento puede ser preferible a una de alto retorno con elevada incertidumbre, dependiendo del perfil económico de quien toma la decisión.