Según la Academia Americana de Dermatología, la rosácea es una condición de la piel que puede provocar síntomas como enrojecimiento facial y sensibilidad. A continuación, se detallan algunas estrategias efectivas para controlar esta afección.
Es fundamental seleccionar productos de cuidado de la piel que sean amigables con condiciones como la rosácea. Se recomienda optar por aquellos etiquetados como no comedogénicos, que indican que no obstruyen los poros y son adecuados para pieles sensibles. Se debe evitar el uso de productos que contengan alcohol, alcanfor, fragancias, ácidos y otros ingredientes que puedan irritar la piel.
Antes de incorporar cualquier nuevo producto al régimen de cuidado de la piel, es aconsejable realizar una prueba de parche. Esta consiste en aplicar el producto en una pequeña área del brazo durante una semana a 10 días para asegurar que no provoque irritación o exacerbación de los síntomas.
Mantener la piel limpia e hidratada es crucial. Se sugiere limpiar la piel suavemente hasta dos veces al día para remover impurezas y exceso de grasa, lo cual puede agravar la rosácea. Es importante usar un limpiador suave y aplicar un hidratante que no incremente la grasa en la piel.
La protección solar es esencial para las personas con rosácea. Se debe procurar permanecer en la sombra y utilizar ropa protectora, además de aplicar un protector solar resistente al agua y de amplio espectro con SPF de 30 o más. Los ingredientes recomendados en protectores solares para personas con rosácea incluyen óxido de zinc y dióxido de titanio.
Utilizar maquillaje es una opción para quienes desean disimular el enrojecimiento. Los correctores con tonalidades amarillas pueden neutralizar la decoloración, y los verdes pueden ocultar el enrojecimiento. Es importante seleccionar productos a base de agua o en polvo para evitar la irritación.