Según Bloomberg, Arabia Saudita ha puesto su mirada en América Latina para aumentar sus inversiones, con un enfoque especial en las oficinas familiares.
Este movimiento forma parte de una estrategia para diversificar y expandir su presencia económica en la región.
Antes de 2020, la inversión saudí en Brasil era tan reducida que ni siquiera aparecía en la base de datos del banco central de entradas de capitales extranjeros relevantes.
Sin embargo, esta cifra se multiplicó por siete hasta alcanzar los USD 4.000 millones en 2023. Se anticipa que este crecimiento continúe en los próximos años.
La clave para aumentar los flujos bidireccionales de dinero entre Brasil y Arabia Saudita, así como con el resto de América Latina, es conectar a los inversionistas institucionales, las empresas privadas y especialmente las oficinas familiares.
Estas últimas se están multiplicando a nivel mundial y se están convirtiendo en una fuente importante de capital.
El año pasado, una delegación de 100 funcionarios, ejecutivos, inversionistas y miembros de oficinas familiares saudíes visitó siete países de América Latina durante 10 días.
Esta visita resultó en USD 3.500 millones en inversiones potenciales a través de memorandos de entendimiento.
Los alimentos, los dispositivos médicos, los productos farmacéuticos, los cosméticos, el turismo, la minería y los productos petroquímicos son algunas de las industrias de América Latina que resultan atractivas para los inversionistas saudíes.
Arabia Saudita también está trabajando para atraer a más empresas latinoamericanas para que establezcan allí instalaciones de producción y oficinas.