Arabia Saudita y Brasil están ampliando su colaboración en diversos sectores industriales con el objetivo de diversificar sus lazos comerciales y mitigar riesgos geopolíticos.
Este esfuerzo surge en un contexto donde ambos países buscan aumentar la relevancia del Sur Global y equilibrar el dominio de otras potencias.
Entre las áreas clave de cooperación se encuentran el desarrollo de infraestructura, agua y saneamiento, energía y la industria aeroespacial. Recientemente, una compañía avícola planea establecer una planta en Arabia Saudita para producir pollo localmente por primera vez.
Además, una empresa brasileña del sector aeroespacial se ha asociado con el reino para impulsar su industria.
El comercio bilateral entre Arabia Saudita y Brasil alcanzó aproximadamente US$7.000 millones el año pasado. El Centro de Investigación del Golfo prevé que esta cifra aumente hasta los US$10.000 millones en 2030.
La exportación de alimentos, especialmente pollo, sigue siendo un componente crucial de la relación comercial.
La minería es una área de especial interés, con Arabia Saudita estimando tener más de US$1,3 billones en metales enterrados. Una compañía saudí adquirió recientemente una participación del 10% en una unidad de metales básicos brasileña, marcando su primera gran incursión en el mercado mundial de metales.
En cuanto a las energías renovables, Arabia Saudita está ofreciendo financiamiento para programas relacionados con este sector y la forestación, atrayendo el interés de inversores internacionales en proyectos sostenibles en Brasil.
Esta semana se llevará a cabo una conferencia de inversión en Río de Janeiro, respaldada por el Fondo de Inversión Pública soberano de Arabia Saudita.
El evento reunirá a altos funcionarios de ambos países, incluyendo al presidente de Brasil y al ministro de Finanzas, junto con funcionarios saudíes.
El plan de transformación económica del príncipe heredero de Arabia Saudita, conocido como Visión 2030, busca atraer US$100.000 millones anuales de inversión extranjera.
Esto incluye nuevas herramientas de financiamiento público-privado y tecnología, capital y mano de obra brasileña para cubrir déficits en infraestructura, hostelería, vivienda y entretenimiento.
Arabia Saudita ha intensificado sus esfuerzos para atraer inversión extranjera, incluyendo visitas a Nueva York, Japón y Hong Kong, y ahora está enfocando su atención en América Latina y Brasil, la mayor economía de la región.