Los bancos centrales de todo el mundo están adoptando una postura cautelosa respecto a las tasas de interés, observando cuidadosamente los datos económicos globales y las acciones de sus homólogos.
Esta semana, se esperan varias decisiones clave en las economías desarrolladas.
Después de que la Reserva Federal de Estados Unidos redujera sus proyecciones de flexibilización monetaria para 2024, es probable que los responsables de las políticas monetarias de Gran Bretaña y Australia indiquen que aún no están satisfechos con la desinflación como para iniciar una reducción de los costos de los créditos.
Estos resultados podrían confirmar que junio, inicialmente considerado como el comienzo de una ronda de reducción de tasas de interés a escala global, podría resultar ser una demostración general de indecisión.
Canadá tomó la primera decisión de este tipo dentro del G-7 el pasado 5 de junio.
La reducción de los costos de los préstamos por parte del Banco Central Europeo (BCE) un día después, junto con una proyección de inflación más elevada, mostró un entusiasmo limitado por una mayor flexibilización de la política monetaria.
En el Banco de Inglaterra, la inminencia de las elecciones y las presiones persistentes sobre los precios se suman a los argumentos para esperar al menos hasta agosto antes de recortar las tasas.
Los bancos centrales de Australia y Noruega, que también se reúnen esta semana, tampoco tienen prisa por reducir las tasas.
La mitad de los economistas encuestados consideran que el Banco Nacional Suizo puede evitar por ahora una segunda reducción tras su medida de marzo de flexibilizar antes que sus vecinos.
Las decisiones en otros lugares pueden mostrar las diferentes etapas de los ciclos monetarios mundiales. Se espera que Brasil y Paraguay mantengan los costos de endeudamiento, mientras que Chile podría ralentizar los recortes de tasas.