Un informe publicado por especialistas en neurociencia y nutrición explica las razones detrás de los antojos de alimentos ultraprocesados y cómo estos afectan el cuerpo y el cerebro.
La información proviene de una investigación realizada por instructores del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard, quienes también sugieren maneras de mitigar estos antojos.
Los alimentos procesados suelen estar diseñados con ingredientes que estimulan los centros de placer en el cerebro, en particular a través de la vía de la dopamina.
Este neurotransmisor, asociado con la sensación de bienestar, se activa al consumir productos ricos en azúcares y grasas, generando una satisfacción temporal que refuerza el deseo de volver a consumirlos.
El consumo excesivo de estos alimentos puede desencadenar un ciclo de dependencia.
A corto plazo, los consumidores experimentan un incremento en el estado de ánimo, pero este efecto es temporal.
A largo plazo, la comida chatarra puede afectar el microbioma intestinal, generar inflamación y, en consecuencia, deteriorar la salud mental, incrementando síntomas de ansiedad y depresión.
Las empresas de alimentos invierten en el desarrollo de productos que resulten altamente atractivos.
Se enfocan en aspectos como el sabor, la textura y el color para hacerlos más apetecibles.
Ingredientes como el azúcar, el jarabe de maíz alto en fructosa y las grasas procesadas son comunes en estos productos, lo que aumenta su atractivo y potencia el ciclo de recompensa en el cerebro.
Una de las recomendaciones de los expertos es optar por alimentos integrales.
Estos no solo aportan nutrientes, sino también fibra, lo que ayuda a reducir el deseo por alimentos ultraprocesados.
Aumentar el consumo de agua es otra medida sugerida, ya que los centros de hambre y sed en el cerebro a menudo se confunden, lo que puede llevar a antojos innecesarios.
Comer frutas enteras, en lugar de jugos procesados, es un paso sencillo para mejorar la alimentación y reducir los antojos.