¿Cuáles son las implicaciones de una tasa de morosidad más baja en los créditos a los hogares?

El crédito a los hogares ha experimentado un aumento interanual del 14,5%, una cifra ligeramente inferior a la registrada en marzo del mismo año y en septiembre del año anterior. Este crecimiento representa el 9,1% del Producto Interno Bruto (PIB).

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En términos de componentes específicos del crédito, se ha observado que tanto el crédito de consumo en general como el de vivienda han mostrado un ritmo de crecimiento interanual más moderado. Sin embargo, el crédito destinado a consumo en general ha sido el principal impulsor de esta expansión, contribuyendo con 10,1 puntos porcentuales, mientras que los créditos para vivienda incidieron en un 4,4 puntos porcentuales.

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En lo que respecta a la calidad del crédito, se ha registrado una disminución en la tasa de morosidad del crédito a los hogares, bajando del 6,7% en septiembre de 2022 al 6,3% en septiembre de 2023. Al desglosar el crédito por destino, la tasa de morosidad para los créditos de consumo se situó en el 7,1%, una cifra menor a la del año anterior, y la tasa de morosidad de los créditos destinados a la vivienda alcanzó el 3,7%, ligeramente superior a la observada en marzo y en septiembre del año pasado.

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Es relevante destacar que el 90,5% del crédito a las familias está expresado en moneda local, lo que indica un riesgo cambiario relativamente reducido. Además, las reducciones recientes en la tasa de política monetaria, combinadas con una mayor dinámica económica, podrían llevar a una disminución del riesgo de crédito y a una evolución positiva del crédito a los hogares, siguiendo la tendencia observada en los últimos meses.

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La Encuesta sobre Situación General de Crédito del tercer trimestre de 2023 refleja un optimismo en las expectativas de crédito a los sectores de consumo y vivienda para los próximos 3, 6 y 12 meses, lo que podría señalar un continuo fortalecimiento en estos sectores del crédito.

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