Al inicio de 2024, la economía de Estados Unidos registró un ritmo de crecimiento del 1,6%. Este indicador marca el ritmo más lento de expansión observado en casi dos años, luego de cerrar el año anterior con un desempeño que superó las expectativas.
El gasto de los consumidores, un pilar clave de la economía, subió un 2,5%, lo cual estuvo por debajo de las proyecciones de los analistas. Un creciente déficit comercial impactó negativamente en el crecimiento más que en cualquier otro momento desde 2022.
El índice de precios, una medida exclusiva de la inflación, se incrementó a una tasa del 3,7%. Este avance representa la primera aceleración en el índice en el lapso de un año.
Estos desarrollos económicos llegan en un momento crítico para la Reserva Federal, cuyos funcionarios, antes de su próxima reunión, podrían sentir una presión adicional para posponer recortes de tasas o evaluar si las tasas de interés actuales son adecuadas frente a las circunstancias económicas.
El mercado respondió con una caída en los bonos del Tesoro y un descenso en los futuros de las acciones, mientras que los inversionistas ajustaron sus expectativas sobre el calendario de posibles recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.