En su primera participación en el Foro Económico Mundial en Davos, el presidente argentino Javier Milei presentó los lineamientos clave de su plan económico frente a líderes mundiales. Su discurso se centró en destacar la importancia de la libertad económica y criticar lo que percibe como tendencias colectivistas en la política global.
Milei argumentó que el occidente enfrenta un peligro debido a la adopción de visiones del mundo que, según él, conducen inevitablemente al socialismo y, por extensión, a la pobreza. En su discurso, planteó que el colectivismo nunca es la solución a los problemas de los ciudadanos del mundo, sino su causa. Haciendo referencia a la historia de Argentina, subrayó cómo el país pasó de ser una potencia mundial a experimentar un empobrecimiento sistemático debido a la adopción de políticas colectivistas.
Milei destacó que el capitalismo de libre empresa es la única herramienta efectiva para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia. Contrapuso el individualismo del capitalismo con el colectivismo, alegando que este último busca justicia social a expensas de la libertad individual y del bienestar general.
El presidente argentino también tocó temas como la regulación estatal, la propiedad privada y la libertad económica, enfatizando que el aumento de regulaciones conduce a más pobreza y dependencia del estado. Se refirió a los países libres como significativamente más ricos que los reprimidos, y a la libertad económica como esencial para el crecimiento económico.
Milei invitó a los países de Occidente a retomar el camino de la prosperidad basado en los principios del libertarismo, defendiendo la vida, la libertad y la propiedad privada. Su postura sobre el socialismo fue enfática, calificándolo como un fenómeno empobrecedor que ha fracasado en cada país donde se ha intentado implementar.