Según un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology, la práctica regular de ejercicio físico no solo mejora la salud general sino que también desempeña un papel crucial en la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares al disminuir las señales cerebrales de estrés.
Esta investigación, liderada por el Hospital General de Massachusetts, arroja luz sobre cómo la actividad física puede influir positivamente en la salud del corazón.
Los investigadores encontraron que los individuos con afecciones de estrés como la depresión experimentan los mayores beneficios de la actividad física. El estudio analizó a más de 50,000 participantes, observando que aquellos que seguían las recomendaciones de actividad física regular tenían un riesgo 23% menor de desarrollar enfermedades cardiovasculares en comparación con quienes no lo hacían.
El análisis reveló que los niveles elevados de actividad física se correlacionan con una menor actividad cerebral relacionada con el estrés.
Específicamente, las reducciones en esta actividad fueron más notorias en la función de la corteza prefrontal, una región del cerebro asociada con la toma de decisiones y el control de impulsos, lo que a su vez ayuda a moderar los centros de estrés del cerebro.
La investigación sugiere que las intervenciones que fomentan el ejercicio físico podrían ser particularmente efectivas para las personas con mayor susceptibilidad al estrés, proporcionando un enfoque dual para mejorar tanto la salud mental como la cardiovascular. Además, se menciona la necesidad de estudios futuros para explorar los mecanismos exactos a través de los cuales el ejercicio afecta la actividad cerebral y reduce el riesgo cardiovascular.