Un reciente ensayo clínico ha arrojado luz sobre el potencial de la aspirina para tratar la acumulación de grasa en el hígado, una condición conocida como enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD). Este estudio, llevado a cabo por investigadores del Hospital General de Massachusetts y publicado en la revista JAMA, destaca el uso de la aspirina como una posible vía para prevenir complicaciones graves en pacientes con MASLD.
El estudio mostró que la aspirina podría reducir el contenido de grasa en el hígado en un 10,2% en comparación con un placebo, tras un periodo de tratamiento de seis meses. Los 80 participantes del ensayo, todos diagnosticados con MASLD, recibieron dosis bajas de aspirina o un placebo diariamente. Al finalizar el estudio, aquellos que recibieron aspirina experimentaron una reducción promedio del 6,6% en la grasa hepática, mientras que el grupo del placebo vio un incremento del 3,6%.
Además de su efectividad, la aspirina demostró ser segura y bien tolerada por los participantes, sin reportar efectos secundarios significativos. Este hallazgo es relevante, ya que abre la puerta a considerar la aspirina no solo como un medicamento para dolores y afecciones cardíacas, sino también como un tratamiento potencial para enfermedades hepáticas.
El ensayo también observó mejoras en varios marcadores de la salud hepática entre los participantes tratados con aspirina. Estas mejoras incluyen reducciones en la inflamación y la fibrosis hepática, sugiriendo que la aspirina podría tener efectos beneficiosos más allá de la reducción de la grasa hepática.
Aunque los resultados son prometedores, los investigadores subrayan la necesidad de realizar estudios adicionales para evaluar los efectos a largo plazo del uso continuo de aspirina en pacientes con MASLD. Este paso es crucial para comprender si la aspirina puede efectivamente reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo, como la cirrosis o el cáncer de hígado.