Fitch Ratings ha modificado la perspectiva de la economía china de "estable" a "negativa". Esta actualización refleja la posibilidad de un incremento en la deuda gubernamental mientras se busca revitalizar el crecimiento económico, particularmente afectado por desafíos en el sector inmobiliario.
La agencia de calificación proyecta una tendencia ascendente en el nivel de deuda debido a la iniciativa de Pekín por diversificar su modelo de crecimiento, alejándose de la dependencia del sector de la vivienda. Según Fitch, este enfoque podría resultar en una presión constante sobre el endeudamiento.
Ante la revisión de Fitch, el gobierno de China ha argumentado que las evaluaciones no toman en cuenta completamente el efecto de las políticas fiscales en apoyo al crecimiento económico. Según las autoridades, estas políticas contribuyen a estabilizar los niveles de deuda.
Los mercados financieros mostraron una respuesta medida ante el anuncio de Fitch. El yuan se mantuvo estable, mientras que el rendimiento de los bonos soberanos a 10 años de China experimentó un leve aumento tras permanecer sin cambios durante gran parte del día. Esta reacción se produce en el contexto de expectativas de que los bancos intensifiquen la emisión de bonos a largo plazo.