Según un informe de Mapfre Economics publicado en octubre de 2023, el mercado de seguros en América Latina mostró un crecimiento del 17,1%, alcanzando un total de USD 203.354 millones al cierre del año.
Este incremento posiciona al sector con un potencial de expansión hasta USD 504.000 millones, sujeto a la superación de diversos desafíos.
El índice de penetración de los seguros en la región se situó en 3,1% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023, un aumento de 0,13% respecto a 2022 y 0,43 puntos porcentuales comparado con hace una década.
Países como Chile, Argentina y Colombia registraron los mayores niveles de penetración, con cifras del 4,7%, 3,2% y 3,2% respectivamente.
Las primas per cápita en la región alcanzaron US$324,3, un incremento del 16,4% respecto al año anterior, impulsado por el crecimiento de las primas y la apreciación de las monedas locales frente al dólar.
En el segmento de No Vida, las primas por habitante llegaron a US$187,1, mientras que en Vida alcanzaron USD 137,2.
Los principales impulsores fueron los seguros de automóviles, incendios y daños, así como los productos de ahorro y rentas vitalicias.
El potencial del mercado de seguros en América Latina se estima en USD 504.700 millones, con una brecha de protección de USD 301.300 millones en 2023.
Esta brecha representa un 11,5% más que en 2022, con el 62% correspondiente a seguros de Vida.
La adopción de seguros voluntarios sigue siendo baja, siendo el principal obstáculo para el crecimiento del sector.
En 2023, América Latina sufrió pérdidas por USD 16.000 millones debido a catástrofes naturales, de los cuales solo USD 5.100 millones estaban asegurados, reflejando una baja cobertura del 0,21% del PIB regional.
La frecuencia y severidad de estos eventos, junto con el aumento de los costos de los bienes asegurados, continúan elevando los costos de los seguros.
Un informe de S&P Global Ratings publicado en febrero de 2024 señala que la economía lenta de América Latina podría afectar las perspectivas de crecimiento del sector asegurador.
Las principales debilidades estructurales identificadas incluyen una infraestructura deficiente, un mercado laboral informal, falta de inversión, inseguridad e incertidumbre política.
Además, las altas tasas de interés están reduciendo la capacidad de generación de ingresos y el poder adquisitivo, lo que impacta los balances de las aseguradoras y aumenta la cancelación de pólizas.