La aparición de moscas en la cocina es un problema común. Estos insectos encuentran en los hogares un ambiente propicio para su alimentación y reproducción debido a la disponibilidad de frutas y verduras en descomposición o en proceso de fermentación.
Las moscas son atraídas por el olor de los alimentos podridos. Buscan puntos de entrada en las viviendas, como puertas y ventanas abiertas, o llegan inadvertidamente en bolsas con productos del supermercado. Una vez dentro, encuentran en la cocina condiciones ideales como la humedad y el calor, que favorecen su proliferación.
Las moscas comunes tienen un formato corporal típico pero de tamaño pequeño, midiendo aproximadamente 0,30 cm de largo y 0,2 cm de ancho. Su color varía entre tostado y negro-marrón, con una cabeza redondeada y ojos rojos prominentes.
Para prevenir su aparición, es fundamental mantener la cocina limpia, almacenando frutas y verduras en el refrigerador y eliminando cualquier residuo orgánico.
Además, es importante asegurarse de que no haya fuentes de agua estancada, como fregaderos mal drenados. Usar trampas caseras o productos específicos puede ayudar a reducir su presencia.