Compañías como Neuralink Corp. y Science Corp. están desarrollando tecnologías que podrían ofrecer nuevas opciones de tratamiento a personas con pérdida severa de visión.
Según información divulgada recientemente, estas empresas buscan soluciones innovadoras combinando implantes en la retina y el cerebro.
Neuralink, por ejemplo, recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para avanzar en su tecnología denominada Blindsight.
Science Corp. está trabajando en un implante que se coloca directamente bajo la retina, diseñado para tratar diversas condiciones de visión.
Según los datos, en un ensayo clínico, 32 de 38 pacientes lograron beneficios significativos, como la capacidad de leer líneas más pequeñas en una tabla optométrica estándar.
Esta tecnología fue catalogada como un avance por la FDA, lo que podría acelerar su desarrollo.
Además de los implantes de retina, Science también explora opciones que colocan electrodos en el córtex visual del cerebro. Este enfoque podría permitir introducir más electrodos y mejorar la resolución de las imágenes percibidas por los pacientes.
Investigadores señalan que esta técnica puede beneficiar a quienes tienen degeneración severa de la retina o del nervio óptico.
El sector ha atraído financiamiento significativo. Science ha recaudado 150 millones de dólares y Neuralink, más de 600 millones de dólares.
Además, startups como ReVision, Pixium Vision e Inbrain están desarrollando tecnologías complementarias, desde implantes basados en cámaras hasta dispositivos con grafeno.
Aunque los avances tecnológicos son prometedores, investigadores advierten que la cura definitiva para la ceguera no está cerca.
Actualmente, las mejoras proporcionadas por estas tecnologías permiten percibir destellos borrosos en lugar de imágenes nítidas, aunque algunos pacientes afirman que incluso estas mejoras les han beneficiado en su calidad de vida.