El gobierno de Chile ha presentado un ambicioso plan que busca transformar la industria del litio en el país. Este incluye la apertura de salinas para la extracción del mineral a través de colaboraciones público-privadas. En una iniciativa pionera, se han seleccionado específicamente el Salar de Atacama y Maricunga por su importancia estratégica, donde el Estado mantendrá un control riguroso sobre los futuros contratos de explotación.
El modelo propuesto por el Presidente Gabriel Boric enfatiza la asociación entre empresas estatales y el sector privado para explorar las reservas más prometedoras del país. Este enfoque busca equilibrar la innovación con la sustentabilidad, permitiendo que empresas privadas lideren operaciones menos estratégicas bajo la supervisión estatal.
Chile, poseedor de las mayores reservas mundiales de litio, planea duplicar su producción en la próxima década. El gobierno ha invitado a las empresas a expresar su interés en 26 áreas adicionales mediante un proceso de licitación, estableciendo un período de 60 días a partir de abril para solicitar más información.
El país andino, reconocido por su producción de litio y cobre, se posiciona como un líder en la transición hacia energías limpias. Sin embargo, el gobierno enfrenta el desafío de atraer capital privado sin comprometer la protección ambiental o la justicia social, en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.