Una investigación reciente realizada por el Brigham and Women's Hospital, afiliado a Harvard, ha encontrado que tanto el recuento de pasos como los objetivos de ejercicio basados en el tiempo son igualmente válidos para reducir los riesgos de enfermedades cardíacas y muerte prematura.
El estudio revisó datos de mujeres sanas mayores de 62 años que utilizaron dispositivos portátiles para registrar su actividad física. Los resultados de salud de estas mujeres fueron rastreados a lo largo de una mediana de seguimiento de nueve años.
Se encontró que niveles más altos de actividad física, ya sea en el tiempo dedicado al ejercicio o en el número de pasos, se asociaban con una reducción significativa en el riesgo de mortalidad y enfermedades cardiovasculares.
La cuarta parte más activa de las participantes mostró una reducción del 30 al 40 por ciento en estos riesgos en comparación con la cuarta parte menos activa.
Los resultados del estudio fueron publicados en JAMA Internal Medicine, destacando la importancia de ambos métodos de medición de actividad física para la salud. Las pautas de actividad física actuales se centran principalmente en la duración e intensidad de la actividad, pero carecen de recomendaciones basadas en pasos.
El estudio también señaló que, aunque ambas métricas son útiles, cada una tiene sus propias ventajas y desventajas. El recuento de pasos no siempre refleja las diferencias en los niveles de condición física de las personas, pero es una medida sencilla y menos sujeta a interpretación.
Por otro lado, los pasos capturan movimientos esporádicos de la vida cotidiana, no solo el ejercicio planificado.
En el momento de la recopilación de datos, las participantes promediaban 62 minutos de actividad física de intensidad moderada a vigorosa por semana y acumulaban una media de 5183 pasos por día.
Durante el seguimiento de nueve años, aproximadamente el 9 por ciento de las participantes falleció y alrededor del 4 por ciento desarrolló una enfermedad cardiovascular.