La reciente decisión de Biden de no buscar la reelección ha generado incertidumbre en los inversores, quienes consideran cómo esto podría afectar los mercados energéticos.
Algunos analistas prevén que una posible victoria de otro candidato podría implicar un aumento en la producción de crudo, influyendo en los precios a largo plazo.
El contrato de septiembre del petróleo más activo se cotizó cerca de 78 dólares por barril, alcanzando un mínimo de cinco semanas.
Esta caída ha sido impulsada por asesores comerciales que anticipan una venta continua a menos que ocurra un repunte significativo en los precios.
A pesar de la caída, el diferencial inmediato se ha fortalecido hasta los 1,64 dólares, indicando una demanda que supera la oferta en el corto plazo.
Además de la incertidumbre política en Estados Unidos, varios factores globales están influyendo en los precios del petróleo.
La reducción de la producción por parte de un grupo de países productores de petróleo ha preparado el terreno para una disminución de las reservas mundiales.
Las tensiones geopolíticas, incluyendo conflictos en Oriente Medio, también han generado preocupaciones sobre la estabilidad del suministro de crudo.
En Canadá, una ola de calor en la región petrolera de Alberta ha provocado incendios forestales, poniendo en riesgo 348.000 barriles diarios de producción.