El incremento en el costo de vida y la presión sobre los recursos locales han generado protestas en Barcelona contra el turismo masivo.
Las manifestaciones, organizadas por grupos como la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico (ABDT), han captado la atención internacional. Según un artículo de Bloomberg, los residentes están expresando su descontento con el impacto del turismo en sus vidas diarias.
Uno de los principales argumentos de los manifestantes es el aumento significativo en los costos de arriendo.
Desde 2019, los precios han subido un 16,3%, alcanzando un promedio de USD 1.568 mensuales por un apartamento en 2023, según datos del Instituto Catalán del Suelo (Incasol).
Este incremento se atribuye a la preferencia de los propietarios por alquilar a corto plazo a turistas, lo que ofrece mayores rentas.
Los residentes también han señalado la masificación del espacio público como un problema creciente. El número de turistas ha aumentado significativamente en los últimos años, especialmente durante la temporada de verano.
En 2023, Barcelona fue la octava ciudad más visitada del mundo, recibiendo un total de 15,6 millones de turistas según Euromonitor International.
Este alto volumen de visitantes ha generado preocupaciones sobre la capacidad de la ciudad para manejar el turismo masivo sin afectar la calidad de vida de sus habitantes.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha propuesto medidas para mitigar el impacto del turismo. Una de las propuestas más destacadas es la prohibición del alquiler de apartamentos para turistas a partir de 2028.
Esta medida podría afectar a compañías como Airbnb y busca eliminar las licencias de 10.101 apartamentos actualmente destinados a alquileres de corto plazo, redirigiéndolos a residentes permanentes.
Según Collboni, el precio de las viviendas en venta ha aumentado un 38% en la última década, exacerbando los problemas de accesibilidad a la vivienda.
Un informe de Mabrian Technologies destaca que el precio promedio por persona y noche en un alojamiento de alquiler vacacional en junio de 2024 era de 56 euros, mientras que el costo de una noche en un hotel de tres estrellas era de 167 euros y en un hotel de cuatro estrellas de 175 euros.
Esta diferencia de precios ha llevado a muchos turistas a optar por alquileres vacacionales, aumentando la demanda de estos espacios en la ciudad.