El banco central de Brasil decidió mantener su tasa de interés de referencia Selic en 10,5%, interrumpiendo un ciclo de flexibilización que había durado casi un año.
Los responsables de la política monetaria votaron de manera unánime el miércoles a favor de esta decisión, aunque dos de ellos anticiparon un segundo recorte consecutivo de 25 puntos básicos.
Las reducciones previas habían recortado los costos de endeudamiento en un total de 3,25 puntos porcentuales.
La decisión de mantener la tasa Selic sin cambios se produce en un contexto de empeoramiento de las expectativas de inflación.
Este movimiento ha intensificado las tensiones con la Administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El Gobierno ha señalado su intención de suavizar un objetivo presupuestario clave para el próximo año, lo que despejaría el camino para un mayor gasto público.
Lula también ha incrementado sus críticas hacia la política monetaria actual, manifestando su intención de nombrar a un gobernador que sea "inmune" a los nervios del mercado financiero y que también se enfoque en el crecimiento económico una vez que termine el mandato de Roberto Campos Neto.
Los analistas anticipan que los aumentos de los precios al consumidor se mantendrán por encima del objetivo hasta 2026, mientras que los operadores han previsto incrementos en las tasas para finales de este año.
En mayo, la inflación anual se aceleró hasta el 3,93%, impulsada por la resiliencia en los costos de los servicios.