Según informó Bloomberg, el aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos ha presentado un plan para suprimir los impuestos sobre la renta de los ciudadanos que residen fuera del país.
La iniciativa busca simplificar las responsabilidades fiscales de aproximadamente 9 millones de estadounidenses que viven en el extranjero.
Actualmente, estos ciudadanos deben presentar declaraciones al Servicio de Impuestos Internos (IRS) y, en algunos casos, pagar impuestos federales además de los impuestos locales del país donde residen.
Aunque existen créditos fiscales y exenciones que evitan la doble tributación, las personas con mayores ingresos pueden enfrentar obligaciones fiscales significativas en Estados Unidos.
El plan podría permitir a estos individuos residir en países con impuestos bajos y reducir o eliminar sus obligaciones fiscales federales.
Esta propuesta contrasta con otras políticas sugeridas por el candidato, como reducir impuestos a empresas que operan dentro del país y aumentar gravámenes a aquellas que producen en el extranjero.
También ha planteado la posibilidad de imponer aranceles a empresas que trasladen su producción fuera de Estados Unidos.
Según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, las diversas propuestas fiscales del aspirante podrían superar los 10 billones de dólares en una década.
Estas incluyen recortes de impuestos para hogares y empresas, así como la renovación de reformas fiscales anteriores que están próximas a expirar.