Tupperware Brands Corp, reconocida por sus famosos recipientes plásticos para almacenamiento de alimentos, se acogió al Capítulo 11 de la ley de quiebras en Delaware.
Según la empresa, este proceso busca facilitar la venta del negocio mientras sigue operando bajo la supervisión del tribunal.
Desde 2020, Tupperware había advertido sobre su capacidad para continuar operando debido a la disminución de las ventas y la creciente competencia en el mercado.
Aunque la pandemia del Covid-19 impulsó temporalmente sus ingresos, gracias al aumento de las comidas caseras, esa recuperación no fue suficiente para revertir su situación financiera.
En su solicitud de bancarrota, la compañía informó que sus activos se encuentran entre 500 y 1.000 millones de dólares, mientras que sus pasivos ascienden a entre 1.000 y 10.000 millones de dólares.
La deuda acumulada y los costos operativos llevaron a la empresa a reducir su estructura, incluyendo el cierre de su única fábrica en Estados Unidos en junio de este año y el despido de cerca de 150 empleados.
La empresa, que durante décadas dominó el mercado a través de ventas directas y fiestas en hogares, no logró adaptarse al cambio hacia el comercio digital.
Aunque contaba con un ejército de 300.000 vendedores independientes hasta 2022, los consumidores comenzaron a preferir plataformas en línea como Amazon y Walmart para adquirir productos similares, a menudo más baratos y con alternativas más sostenibles.