
Según un informe de Deutsche Bank, desde mediados de la década de 2010 se registra una tendencia hacia la desdolarización en las reservas internacionales de los bancos centrales.
El estudio indica que en 2015 la proporción del dólar alcanzaba el 58% del total, mientras que en la actualidad se sitúa en torno al 43%.
El mismo reporte señala que el oro pasó de representar 9% a cerca de 19% del total en el mismo período. En los últimos tres a cuatro años, la compra neta del metal se incrementó de manera significativa.
Una encuesta realizada en 2025 por el Consejo Mundial del Oro, citada por Deutsche Bank, revela que 43% de los bancos centrales espera aumentar sus reservas de oro, mientras que 95% prevé que la tendencia continúe a nivel global en los próximos doce meses.
El informe también destaca que algunos países han comenzado a explorar el uso de activos digitales como parte de sus reservas estratégicas.
Entre los casos mencionados figuran El Salvador, que adoptó Bitcoin como moneda de curso legal y posee más de 6.200 bitcoins en sus arcas, y Bután, que incorporó criptomonedas a su estrategia de diversificación utilizando energía hidroeléctrica para la minería digital.

El documento repasa además la trayectoria del oro en las reservas internacionales. Durante el período del patrón oro, hasta 1933, el metal respaldaba de manera directa a las monedas nacionales.
Posteriormente, con el acuerdo de Bretton Woods, el dólar se fijó en 35 USD por onza y se convirtió en el principal activo de reserva.
Tras la ruptura del sistema en 1971, los bancos centrales redujeron progresivamente sus tenencias de oro, aunque desde la crisis financiera de 2008 su demanda volvió a crecer. En 2022, la compra alcanzó 1.080 toneladas, el nivel más alto desde 1950.