Un exfuncionario del Partido Comunista en Mongolia Interior, China, fue ejecutado tras ser condenado por corrupción y otros delitos que suman 3.000 millones de yuanes (412 millones de dólares).
La sentencia fue confirmada por el Tribunal Popular Supremo y ejecutada el pasado martes, según informó la agencia estatal Xinhua.
Li Jianping, quien ejerció como jefe del partido en una zona de desarrollo económico de Hohhot, fue encontrado culpable de aceptar sobornos, malversar fondos públicos y de mantener vínculos con una organización criminal. Su condena a muerte fue dictada en septiembre de 2022 y, tras perder una apelación en agosto de este año, el tribunal aprobó su ejecución.
Antes de su ejecución, Li Jianping, de 64 años, tuvo la oportunidad de reunirse con sus familiares, conforme a lo reportado por medios oficiales chinos.
La pena de muerte por corrupción en China es poco frecuente. Usualmente, los condenados por estos delitos reciben un aplazamiento de dos años, con la posibilidad de que su sentencia sea conmutada por cadena perpetua si demuestran buena conducta durante este periodo.
La ejecución de Li Jianping se enmarca en la campaña anticorrupción impulsada por el presidente Xi Jinping, que ha resultado en la investigación y sanción de un número significativo de funcionarios y militares de alto rango.
Durante los últimos dos años, las medidas anticorrupción han alcanzado niveles récord, involucrando también a oficiales de la Comisión Militar Central y otras entidades del gobierno.