El Vaticano anunció que el funeral del papa Francisco se llevará a cabo el sábado 26 de abril por la mañana en la ciudad de Roma.
La información fue publicada en un comunicado oficial difundido el martes por la Santa Sede.
El pontífice, fallecido el lunes 21 de abril a los 88 años, había sido hospitalizado en febrero a causa de bronquitis, que evolucionó a neumonía potencialmente mortal. Según datos recogidos por medios internacionales, el cuerpo será expuesto al público a partir del miércoles 23 de abril, para que los asistentes puedan rendir homenaje.
Durante la ceremonia, la misa será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, en la Basílica de San Pedro.
La convocatoria al funeral movilizará a autoridades de distintas partes del mundo.
Entre los asistentes confirmados se encuentran líderes políticos de Estados Unidos, Francia y Ucrania, así como delegaciones de otras naciones.
El evento se produce en un contexto de tensión geopolítica, según señalaron observadores internacionales, debido a la coyuntura diplomática actual.
Durante su pontificado, Francisco autorizó una actualización del protocolo de exequias papales, conocido como Ordo Exsequiarum Romani Pontificis.
Esta modificación eliminó prácticas tradicionales como el uso del martillo de plata para constatar la defunción.
Entre otras disposiciones, se estableció el uso de un solo ataúd de madera con revestimiento de zinc y la supresión del catafalco en la exposición pública del cuerpo.
Tras el fallecimiento del papa, se convocará un cónclave en la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores procederán a la votación secreta para elegir al próximo pontífice.
Este proceso contempla que se realicen sucesivas rondas de votación hasta alcanzar un consenso de dos tercios entre los participantes.
El resultado será anunciado públicamente mediante la emisión de humo blanco desde la chimenea de la capilla.