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Fitch Ratings confirma estabilidad crediticia de Paraguay manteniendo su calificación en BB+
4/4/24
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Fitch Ratings ha decidido mantener la calificación crediticia de Paraguay en BB+, reflejando una estabilidad en la perspectiva económica del país. Este mantenimiento es indicativo de la continuidad en la aplicación de políticas macroeconómicas eficientes y una deuda pública relativamente baja en comparación con otras naciones de características similares. Además, se destaca la fortaleza en la liquidez externa del país.
En un movimiento significativo, la agencia ha elevado el Country Ceiling de Paraguay a BBB-, lo cual es considerado como grado de inversión. Este ajuste se basa en factores tales como una posición externa favorable, la flexibilidad del tipo de cambio, y la solidez de las políticas e instituciones macroeconómicas. También se toma en cuenta los esfuerzos del país para diversificar su economía y atraer inversión extranjera directa, alineando así a Paraguay más estrechamente con otras naciones de la región que comparten calificaciones similares.
La agencia ha resaltado la gestión eficiente y la credibilidad del Banco Central de Paraguay. Se reconoce la habilidad de la institución para controlar la inflación, que ha visto una desaceleración notable en 2023, y mantener las expectativas de inflación estables a mediano y largo plazo. Asimismo, se observa una recuperación en la actividad económica tras la sequía de 2022. Se espera que el crecimiento económico continúe siendo robusto en los años venideros, impulsado por una cartera de grandes proyectos de inversión en el sector privado en áreas como celulosas, hidrógeno verde y biocombustibles.
El informe también señala el crecimiento gradual del sector de maquilas en Paraguay, apoyando la diversificación económica y potencialmente mitigando la vulnerabilidad a choques climáticos, que han incrementado en frecuencia y severidad en años recientes.
A pesar de los desafíos presentes en el contexto global y regional, Paraguay ha demostrado una notable capacidad para mantener sus calificaciones crediticias con las principales agencias de riesgo, incluyendo Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s. Esto se logra en un escenario donde varios países de la región han enfrentado reducciones en sus calificaciones crediticias.
