¿Puede la reunión de Biden y Xi frenar las crecientes tensiones entre EE.UU. y China?

La reciente reunión entre los presidentes Joe Biden de Estados Unidos y Xi Jinping de China marcó un momento crítico en las relaciones entre ambas potencias. Tras un año sin encuentros, la cumbre fue un esfuerzo por aliviar las tensiones crecientes que han causado preocupación a nivel global.

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Aunque no se lograron avances significativos en temas de gran envergadura como el comercio, Taiwán y derechos humanos, la reunión sí culminó en algunos logros modestos. Entre ellos, se incluyen acuerdos para abordar la crisis del fentanilo y el restablecimiento de las comunicaciones militares, que se habían interrumpido después de la visita de la entonces Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán el año pasado.

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Durante más de cuatro horas de conversaciones, Biden enfatizó la naturaleza competitiva de la relación entre ambas naciones, subrayando la importancia de mantenerla racional y manejable para evitar conflictos. Sin embargo, quedó claro que quedan muchos asuntos por resolver, incluyendo las restricciones estadounidenses a la exportación de microchips y las tensiones en el mar de China Meridional.

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Xi Jinping buscaba acuerdos que impulsaran la economía china, aún afectada por la pandemia de Covid-19, pero estos no se materializaron. No obstante, el líder chino aprovechó para conversar directamente con ejecutivos estadounidenses como Tim Cook de Apple Inc. y Larry Fink de BlackRock Inc., en un esfuerzo por atraer inversión extranjera.

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La reunión, celebrada a las afueras de San Francisco, fue el resultado de una intensa diplomacia y se vio empañada por un comentario espontáneo de Biden sobre Xi como dictador. Este incidente destacó cómo la presión política interna en Estados Unidos sigue influyendo en las relaciones bilaterales.

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A pesar de los modestos logros, analistas como Kurt Tong y Meia Nouwens señalan que estos esfuerzos son insuficientes para cambiar la trayectoria de la relación entre Estados Unidos y China. Ambos países continúan viéndose como rivales sistémicos, y la reunión subrayó la persistente tensión y las divisiones fundamentales entre las dos naciones.

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Bloomberg

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