El gobierno de Rusia rechazó el pedido del presidente entrante de Estados Unidos, Donald Trump, de un alto al fuego inmediato en Ucrania. Sin embargo, expresó disposición para negociar un acuerdo de paz duradero que ponga fin a casi tres años de conflicto.
Según declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores ruso, un cese temporal del fuego sería utilizado por Ucrania para reforzar su capacidad militar.
En medio de los enfrentamientos, Trump y sus asesores han indicado que el presidente ruso, Vladimir Putin, podría mantener el control de facto de cerca del 20 % del territorio ucraniano ocupado por las fuerzas rusas.
Este punto genera expectativas sobre las condiciones que podrían surgir en las negociaciones.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, ha mostrado un enfoque más flexible al sugerir la posibilidad de emplear medios diplomáticos para intentar recuperar el territorio ocupado.
Moscú exige que Ucrania renuncie a su intención de unirse a la OTAN y que limite estrictamente el tamaño de su ejército.
Estas condiciones han sido rechazadas por el gobierno de Kiev, lo que complica las posibilidades de un acuerdo.
El ministro ruso señaló que están dispuestos a estudiar propuestas serias y concretas que garanticen la seguridad de la Federación Rusa y los intereses legítimos de sus vecinos.
La nueva administración estadounidense podría desempeñar un papel clave en estas negociaciones.