El gobierno de Chile informó sobre la recuperación progresiva del suministro eléctrico tras un apagón que dejó sin energía a millones de hogares y afectó a diversas actividades en el país.
Como medida preventiva, se decretó estado de emergencia y un toque de queda de 22:00 a 6:00, con el fin de evitar desórdenes y garantizar la seguridad en las zonas afectadas.
El corte de energía se produjo debido a una falla en las líneas de transmisión de una empresa operadora, lo que ocasionó una interrupción que abarcó desde la frontera norte hasta la región de Los Lagos.
Según el subsecretario del Interior, el 94 % de los clientes ya contaban nuevamente con electricidad, con los trabajos de restauración avanzando en las zonas restantes.
El metro de Santiago reanudó sus operaciones luego de que la interrupción afectara su funcionamiento y generara congestión en el transporte.
Además, el aeropuerto de la capital activó sus sistemas de emergencia, mientras que el festival de Viña del Mar fue cancelado debido a la situación.
El apagón tuvo un impacto en la producción minera, con la paralización temporal de las operaciones en importantes yacimientos de cobre, incluyendo la mina de mayor producción del país.
Algunas empresas lograron mantener operaciones utilizando energía de respaldo, mientras que otras dependían de la reactivación del servicio.
El sector comercial también se vio afectado, con largas filas en supermercados y estaciones de servicio, ante la incertidumbre sobre la duración del corte de energía.
Las autoridades explicaron que la causa del apagón se debió a una desconexión en la línea de transmisión, descartando que haya sido producto de un sabotaje.
Se mantienen las investigaciones para determinar con precisión el origen del incidente y evaluar las posibles acciones a tomar.