Un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala que las economías de la región continuarán mostrando un crecimiento limitado en los próximos años.
De acuerdo con el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024, las proyecciones indican un crecimiento del 1,8% para 2024 y del 2,3% para 2025.
El informe destaca que la región se encuentra atrapada en un ciclo de bajo crecimiento económico, debido a un mal desempeño de la inversión y una productividad laboral estancada.
Además, el espacio fiscal para implementar políticas de reactivación es limitado, lo que complica aún más la situación económica.
A esto se suma la incertidumbre global, que afecta las perspectivas de recuperación en América Latina y el Caribe.
Las proyecciones para 2024 varían entre las subregiones. América del Sur tendría un crecimiento de apenas 1,5%, mientras que Centroamérica y México crecerían a un ritmo del 2,2%.
Por su parte, el Caribe (sin incluir Guyana) mostraría un crecimiento del 2,6%. Para 2025, se espera que América del Sur repunte ligeramente al 2,4%, impulsando el crecimiento regional promedio al 2,3%.
La CEPAL también advierte sobre el impacto del bajo crecimiento en el empleo y la productividad. Entre 2014 y 2023, el crecimiento promedio del número de ocupados fue del 1,3%, muy por debajo del 3,9% registrado en la década de 1970.
Además, se observó una caída en la productividad laboral, que en 2024 se estima será inferior a la registrada en 1980.
El informe también resalta que gran parte del crecimiento del empleo se debe al aumento del empleo informal, especialmente en sectores de baja productividad como la construcción, el comercio y los servicios.
El estudio también aborda el impacto del cambio climático sobre el empleo en la región.
Si no se realizan inversiones en adaptación y mitigación, la intensificación de los choques climáticos podría provocar la pérdida de aproximadamente 43 millones de puestos de trabajo de aquí a 2050, lo que representaría un 10% de la fuerza laboral actual.
Los sectores más afectados serían la agricultura y el turismo, que podrían perder alrededor de 15 millones de empleos.