Grecia se ha convertido en el primer país de la Unión Europea en implementar una semana laboral de seis días en ciertos sectores.
Esta medida, que entró en vigor el 1 de julio, tiene como objetivo aumentar la productividad y el empleo en un contexto de disminución de la población y escasez de trabajadores calificados.
Según la Ley 5053/23, aprobada en septiembre de 2023, la nueva semana laboral se aplicará a organismos públicos, servicios públicos, la industria y ciertos sectores del sector privado que operan continuamente.
Están excluidos de esta medida el sector turístico y de la hostelería, así como los profesores y empleados bancarios, ya que no pertenecen a categorías de empresas que operan de manera continua.
Con esta nueva normativa, la tradicional semana laboral de 40 horas podría extenderse a 48 horas. Los empleados que trabajen el sexto día recibirán una compensación adicional del 40% de su salario y un 75% si este día cae en una jornada festiva.
Los sindicatos y algunos observadores políticos han criticado duramente la medida, considerándola un retroceso para una fuerza laboral que ya trabaja más horas que otros países de la Unión Europea.
En 2022, los trabajadores griegos registraron un promedio de 41 horas semanales, comparado con el promedio de 37,5 horas en la Unión Europea. A nivel global, los trabajadores griegos laboraron en promedio 1.886 horas al año, superando a la media estadounidense de 1.811 horas.