Los datos de noviembre revelados por la Oficina de Estadísticas Laborales muestran que el índice de precios al consumo (IPC) en Estados Unidos registró un aumento del 0,3% respecto al mes anterior, manteniendo un incremento interanual del 2,7%.
Este avance refuerza las preocupaciones sobre la estabilización de las presiones inflacionarias en el país.
El índice de precios al consumo subyacente, que excluye los costos de alimentación y energía, también aumentó un 0,3% por cuarto mes consecutivo, alcanzando un incremento interanual del 3,3%.
Este indicador es considerado un reflejo más preciso de la tendencia inflacionaria al excluir elementos volátiles.
El costo de la vivienda representó cerca del 40% del aumento general en noviembre, consolidándose como uno de los principales factores detrás del alza en el IPC.
Pese a una reducción en las preocupaciones por el mercado laboral, las presiones sobre los precios se han estabilizado tras un descenso desde los niveles máximos registrados durante la recuperación pospandemia.
Los datos reforzaron las expectativas de un recorte en las tasas de interés de la Reserva Federal en la próxima reunión.
Algunos analistas y banqueros centrales han planteado la posibilidad de adoptar un enfoque más gradual en los ajustes, dadas las señales de estabilidad en la inflación y en el mercado laboral.