Las bolsas de valores en China registraron descensos significativos en su primera jornada de negociación del año, marcando el peor inicio desde 2016, según datos publicados.
El índice CSI 300 cerró con una caída del 2,9%, mientras que el índice Hang Seng China Enterprises reportó una baja del 3,1%.
Las cifras manufactureras presentaron resultados por debajo de las estimaciones, lo que incrementó las preocupaciones sobre la recuperación económica del país.
A esto se suma la incertidumbre generada por posibles aranceles adicionales a las exportaciones chinas por parte de Estados Unidos, según reportaron analistas.
El retroceso en el índice CSI 300 llevó al indicador por debajo de su promedio móvil de 60 días, un nivel técnico relevante que pudo haber provocado más ventas de activos financieros.
Pese a los anuncios de estímulo económico realizados en la Conferencia Central de Trabajo Económico de diciembre, algunos analistas señalan que no se esperan nuevas medidas significativas hasta marzo.
Mientras tanto, el Banco Popular de China ha incrementado la liquidez en el mercado sin recurrir a estímulos de gran alcance.
En el mercado de bonos, los rendimientos de los bonos chinos a 10 años alcanzaron mínimos históricos, reflejando la cautela de los inversionistas en el contexto actual.
El volumen de negociación en las bolsas de Shanghái y Shenzhen se mantuvo bajo en comparación con las últimas semanas, reflejando una actitud conservadora por parte de los operadores.
En contraste, el índice Hang Seng mostró una actividad superior al promedio de las últimas 30 sesiones, impulsada por la reapertura del mercado tras el día festivo.