La Corte Penal Internacional (CPI) anunció órdenes de detención contra líderes políticos y militares de Israel y Hamás por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Entre los señalados se encuentran el primer ministro israelí y un exministro de Defensa, así como un comandante del grupo Hamás.
El primer ministro de Israel rechazó las acusaciones y afirmó que su país no reconocerá la validez de las decisiones de la CPI.
En declaraciones recientes, aseguró que Israel continuará con sus operaciones militares en Gaza, calificando la guerra contra Hamás como una respuesta a los ataques perpetrados por el grupo.
La emisión de estas órdenes ha generado tensiones diplomáticas. Mientras algunos países aliados de Israel han expresado su apoyo al primer ministro, otras naciones signatarias del tratado de la CPI podrían verse obligadas a cumplir con la detención de los implicados si ingresan a sus territorios.
Por otro lado, Estados Unidos, que no es signatario de la CPI, condenó las órdenes y defendió a Israel, señalando que no existe equivalencia entre las acciones de Hamás y las operaciones israelíes en Gaza.
El conflicto ha dejado un saldo significativo de víctimas, según reportes de autoridades palestinas. Las Naciones Unidas han advertido sobre una crisis humanitaria en Gaza, donde gran parte de la infraestructura ha sido destruida.
Países y organizaciones internacionales han instado a Israel a permitir el acceso de ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, medicinas y combustible.
Las conversaciones mediadas por Estados Unidos, Qatar y Egipto para alcanzar una tregua permanecen detenidas.
A pesar de las intensas operaciones militares, los combates en Gaza continúan, lo que mantiene las tensiones en la región.