Brasil ha lanzado una nueva oferta de bonos sostenibles en los mercados internacionales. Esta emisión, que se realizará a siete años, tiene un precio inicial en la zona del 6,625%.
Según fuentes cercanas al asunto, los fondos obtenidos se utilizarán para amortizar deuda pública y financiar proyectos dentro del marco de sostenibilidad del país.
La emisión de bonos se produce en un contexto de volatilidad en los mercados brasileños, exacerbada por las recientes declaraciones del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El mandatario ha dejado claro que no considera recortes de gasto, lo que ha incrementado las preocupaciones fiscales. Paralelamente, el gobierno ha enfrentado dificultades para conseguir que el Congreso apruebe propuestas destinadas a aumentar los ingresos públicos.
El Banco Central de Brasil votó por unanimidad para mantener la tasa de referencia Selic sin cambios en 10,5%.
Esta decisión, tomada con la intención de calmar a los inversores, ha llegado en un momento en que las perspectivas fiscales del país se deterioran lentamente. La inflación anual se aceleró hasta el 3,93% en mayo, impulsada por la resiliencia de los costos de servicios.
Brasil se une a otros países emergentes que están aprovechando la moderada volatilidad de los mercados globales.
La expectativa es que el enfriamiento de la inflación obligará a la Reserva Federal de Estados Unidos a recortar las tasas de interés antes de lo previsto.
En este contexto, otros países como Corea del Sur, República Dominicana y Perú también están emitiendo nueva deuda para refinanciar sus obligaciones pendientes.
En enero, Brasil vendió bonos por un monto récord de 4.500 millones de dólares, seguido de una emisión de bonos de sostenibilidad por 2.000 millones de dólares en noviembre.
Esta es la segunda vez en el año que Brasil acude a los mercados internacionales de renta fija. El gobierno ha declarado que su plan es emitir bonos, tanto ordinarios como ESG, al menos dos veces al año.