El presidente de Corea del Sur informó que se revertirá la medida de ley marcial recientemente anunciada. Según reportes de medios internacionales, la decisión final será formalizada una vez que reciba la aprobación del gabinete, como lo estipula la Constitución.
La ley marcial otorga a las fuerzas armadas funciones extraordinarias para mantener el orden público, lo que incluye la potestad de realizar arrestos sin orden judicial y limitar libertades como el derecho a manifestarse.
En Corea del Sur, esta medida no había sido aplicada desde la década de 1980, lo que generó un fuerte rechazo en diversos sectores de la sociedad.
El mandatario justificó la medida señalando amenazas externas, aludiendo a riesgos de carácter militar y político.
Sin embargo, analistas señalaron que la medida podría tener motivaciones políticas relacionadas con recientes fricciones entre el ejecutivo y la Asamblea Nacional, donde la oposición cuenta con mayoría.
La Asamblea Nacional reaccionó rápidamente con una votación unánime para exigir el retiro de la ley marcial, argumentando que no existían las condiciones necesarias para su implementación.
Según la Cláusula 77 de la Constitución surcoreana, el presidente está obligado a cumplir esta exigencia si la mayoría parlamentaria así lo decide.
Organizaciones sindicales y civiles también expresaron su rechazo mediante protestas y llamados a huelgas.
Según sus representantes, la medida afecta gravemente los derechos de los ciudadanos y representa un retroceso democrático en el país.