El gobierno de Estados Unidos presentó una hoja de ruta para aumentar significativamente su capacidad de energía nuclear.
Este plan contempla la incorporación de 200 gigavatios adicionales para mediados del siglo, lo que implicará la construcción de nuevos reactores, la reactivación de plantas inactivas y la actualización de instalaciones existentes.
Este esfuerzo se alinea con las crecientes demandas de fuentes de energía con bajas emisiones de carbono.
La administración también planea añadir 35 gigavatios de nueva capacidad en los próximos 10 años.
Este objetivo forma parte de una estrategia que busca abordar desafíos como la falta de mano de obra calificada, la necesidad de un abastecimiento seguro de combustible nuclear y mejoras en la infraestructura regulatoria.
El proyecto cuenta con el respaldo de diversos sectores políticos en Estados Unidos.
Además, en una conferencia reciente, varios países, incluido Estados Unidos, firmaron un compromiso para triplicar la capacidad nuclear antes de 2050 como parte de los esfuerzos globales para reducir emisiones de carbono.
La iniciativa llega en un contexto de creciente interés internacional por la energía nuclear debido a su potencial para generar electricidad de manera constante y con bajas emisiones.
La hoja de ruta incluye medidas para acelerar la concesión de licencias, fomentar la construcción de reactores avanzados y considerar la instalación de microreactores en instalaciones clave como las del Departamento de Defensa.
Además, se busca garantizar la claridad fiscal a largo plazo y fortalecer la cadena de suministro de combustible y componentes.
Esto permitirá a Estados Unidos recuperar su posición como líder en tecnología nuclear en un entorno global competitivo.
El marco estratégico también aborda la creciente demanda de energía por parte de industrias como el procesamiento de datos y tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial, sectores que dependen de fuentes energéticas confiables y sostenibles.