La volatilidad en el mercado de divisas alcanzó niveles destacados en las últimas jornadas, según un informe de Bloomberg, en medio de la creciente tensión provocada por las políticas arancelarias impulsadas desde Estados Unidos.
Operadores ajustan sus estrategias ante un escenario de incertidumbre creciente y movimiento acelerado en los precios de las monedas.
Durante la última semana, el dólar estadounidense experimentó su mayor retroceso intradía desde 2009, seguido de un comportamiento similar del dólar australiano.
Según datos del mercado, el volumen de operaciones con derivados vinculados al tipo de cambio alcanzó cifras récord, con coberturas que anticipan mayores fluctuaciones para las principales divisas, como el euro, el franco suizo, la libra esterlina y la corona noruega.
La demanda de opciones de cobertura como los llamados “10-delta flies”, utilizados para protegerse de oscilaciones bruscas en ambos sentidos, se incrementó a niveles no vistos en los últimos tres años para varias monedas de referencia.
La incertidumbre sobre los efectos de la guerra comercial en curso ha elevado las expectativas de volatilidad en el corto plazo, alcanzando máximos de dos años en varios indicadores del sector cambiario.
De acuerdo con observaciones del mercado, la volatilidad en los tipos de cambio ha superado a la registrada en las tasas de interés por primera vez desde la pandemia.
Empresas dedicadas al arbitraje financiero y a la intermediación expandieron sus equipos de negociación, ante un volumen global de divisas que alcanza los USD 7,5 billones diarios.
La reelección del presidente estadounidense ha coincidido con una mayor sensibilidad del mercado a los anuncios sobre aranceles, lo cual ha generado condiciones propicias para fluctuaciones no previstas.