Un informe reciente de Fitch Ratings evalúa los desafíos económicos y fiscales que enfrenta Uruguay tras la elección del nuevo gobierno.
El documento destaca la estabilidad política y económica como un factor clave, aunque señala limitaciones en la implementación de reformas estructurales.
Según el reporte, el crecimiento económico promedio desde 2019 ha sido del 1,2 %, cifra inferior a la mediana regional del 2,4 %.
Entre las razones, se mencionan la finalización de grandes proyectos y los efectos de la pandemia de Covid-19. Para 2024, se estima un crecimiento limitado al 2 %, condicionado por altos costos de producción y una limitada apertura comercial.
El informe señala que el déficit del gobierno central alcanzó el 3,4 % del PIB en 2024 y podría aumentar al 3,7 % en 2025.
Además, la deuda pública proyectada para 2024 se sitúa en 66,3 % del PIB, superando la mediana del 55,8 % de países con calificación ‘BBB’. Fitch advierte que la prioridad en el gasto social deja poco margen para reducir otras áreas del presupuesto.
Uruguay ha logrado avances significativos en la reducción de la inflación, que actualmente se encuentra en 5,0 %, dentro del rango objetivo por primera vez en años.
Estos resultados han sido atribuidos a una política monetaria restrictiva y la apreciación del peso.
Sin embargo, se espera un cambio en la dirección del Banco Central a partir de 2025, lo que podría influir en la política monetaria.
El estudio resalta la implementación de la regla fiscal desde 2020 como un elemento que ha mejorado la transparencia, aunque sin una reducción significativa del déficit.
Además, la reciente reforma de pensiones se mantiene como un pilar de sostenibilidad fiscal a largo plazo, aunque el gobierno ha manifestado interés en abrir un diálogo sobre este tema.